Se puede convivir con la monstruosidad. Se puede creer en
toda palabra torcida, recibirla como se acepta una fe, sin preguntas. Se puede
confiar en esa secuencia de sonidos como si se expandiera el mundo. También podrías crecer acunado por la
monstruosidad, amamantado por ella, y ciego de todo peligro, avanzar hacia la
vida, correr hacia precipicios. Sonreír al peligro sin método.
©Carolina Massola
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