viernes, 17 de enero de 2014

Ron Mueck, la preocupación por el gesto humano



“Es necesario trabajar, tener paciencia. No mirar ni a derecha ni a izquierda. Conducir toda la vida en esta esfera; no tener nada fuera de esta vida.” Le decía Rodin a Rilke a propósito de su obra, y esta parecería ser una de las leyes que gobierna el obstinado y brillante trabajo solitario que realiza el escultor australiano Ron Mueck.

Basta tan sólo con detenerse ante cada uno de sus hechos artísticos y dejarse interpelar por la obra. Es allí cuando sólo sabemos admirar. Quien estuvo detrás de ese gigantesco trabajo sabe despertar todas las preguntas. Sabe hospedar, en cada uno de los materiales utilizados, la preocupación por el gesto humano.  La mirada queda automáticamente perdida en el sinfín de detalles exactos, perfectamente creados. Claudicamos ante lo simple llevado a la perfección, y es que ya no se trata sólo de admirar el detalle, la forma o la textura de su trabajo.  Es un gesto humano, y en la autenticidad del gesto, la exacerbación contenida en cada milímetro, en cada pliegue perfecto que conforma cada pieza.  Abordar el gesto de la condición humana. El misterio reside allí también, en cada mirada brillante echada desde la obra al vacío de nuestro  mundo.
La obra de Ron Mueck nos devuelve, nos arroja un espejo, donde la única realidad continúa siendo el misterio de la creación en manos del artista. 

©Carolina Massola






Hasta el 23 de febrero en Fundación PROA - http://www.proa.org/esp/exhibition-ron-mueck.php- 

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